Quien es el Dr. Armand C. Hagedoorn, fisiatra senior: mi crónica

Nacido en junio de 1951 en Indonesia; los dos padres de nacionalidad holandesa.

Viví y entrené todos mis años de juventud en Holanda. Dada la posibilidad de elegir qué estudiar, vi una carrera técnica y una carrera médica como las dos posibilidades, reduciéndolas a ingeniería aeronáutica o psiquiatría. Después de un año y medio de intensa formación universitaria en ingeniería aeronáutica, no me vi a mí mismo todo el resto de mi vida diseñando algunas partes menores de aviones en un equipo de ingenieros bajo algunas capas de jefes; me cambié a la carrera de medicina. Unos doce años después, me gradué como médico especialista en Rehabilitación y Medicina Física, con una formación especial en lesión espinal, lesión cerebral, rehabilitación de amputaciones, rehabilitación neurológica, manejo del dolor y rehabilitación ambulatoria.

Justo antes de comenzar la especialidad, conocí al amor de mi vida, en México. Nos casamos dentro de un año (cuando estas convencido, no hay necesidad de demorarte). En preparación para nuestro proyecto de establecer un centro de rehabilitación privado en México, fuimos dos años y medio a Arabia Saudita: una aventura increíble, solo interrumpida por la Guerra del Golfo.

Luego establecimos nuestro propio centro de rehabilitación para pacientes ambulatorios y hospitalizados en Cuernavaca, México: único en el país, desarrollado completamente desde cero; hemos crecido de pequeño a no tan pequeño, tratamos todo tipo de pacientes, incluyendo víctimas de accidentes devastadoras, lesionados cerebrales, para- y tetrapléjicos, pos-accidentes cerebrovasculares y otros; pacientes de todos los ámbitos de la vida y desde los más indigentes hasta los más ricos que ricos. Al final, tuvimos que dejarlo: demasiado falta de seguridad (como familia y financiera) o futuro, demasiadas probabilidades de desastres personales y de familia.

Volvimos a Holanda, a la seguridad, pero también a un camino relativamente estrecha por tantas regulaciones y limitaciones profesionales: trece años de emplea-dismo (aunque en un escalón social elevado).

Mientras tanto, mis padres habían construido su casa ideal en la isla canaria de La Palma. Cuando regresamos a los Países Bajos, su vida se había derrumbado bajo una demencia vascular y lentamente progresiva de mi madre, que les hizo decidir volver a Holanda. A lo largo de varios años, el sistema socializado holandés de la atención y el cuidado de ancianos cada vez nos hacia menos gracia: despersonalizado, reductiva (especialmente para mentes libres), socialista; insuficiente.

Todo terminó en una trágica separación de los dos, un igualmente trágico suicidio de mi padre mientras mi madre vivía diez años más bajo nuestro intenso cuidado.

En estos tiempos entonces, nacieron mis ideas un tanto idealistas de construir un mejor sistema de educación y formación, de prevención secundaria y mantenimiento para la óptima salud, en todas sus dimensiones, en la tercera edad. Fundé la Fundación Mendel en el año 2011; produje un montón de artículos, estuve ideando la sistemática, di muchas charlas y presentaciones y, más recientemente, hice varios YouTubes.

En realidad, tristemente, no hubo prácticamente ninguna resonancia real hasta la fecha.

Con una sola y dichosa excepción: bajo el estandarte de Mendel, pude ayudar y desarrollar una forma realmente nueva de practicar la rehabilitación ambulatoria en los Países Bajos. Centros relativamente pequeños, cerca de la casa de los pacientes; propios centros de rehabilitación interdisciplinaria con su base en largos centros de terapia física: al ultimo, unos diecisiete de ellos. Los primeros se denominaron “Centros de rehabilitación integrada Mendel”.

Fue hermoso y gratificante ver a todos estos equipos desarrollarse, madurar y florecer en toda una sistemática de rehabilitación muy eficaz y paciente-orientado, en gran parte dedicados a problemas complejos como post-accidente cerebrovascular y post-lesión cerebral, dolor crónico, enfermedades degenerativas. Hasta la fecha, logramos que muchos pacientes se recuperaron “su vida” (una vez que aprenden a respetar sus límites y ajustar su ritmo de vida).

Como pareja y como familia, nos consideramos muy afortunados de vivir realmente en tres diferentes “mundos”: el mundo estructurado, limpio y seguro de los Países Bajos; lo inmensamente optimista, abundante y libre de Estados Unidos; y el colorido, multicultural y abundante-en-extremos México con toda su calidez, sus culturas, sabores y riquezas.

Qué tremendo y maravilloso desafío: ¡tratar de desarrollar la sistemática “para volverse realmente viejo, realmente bien” para esos tres mundos!

Hasta ahora, toda la Fundación Mendel y sus aspiraciones han sido de un presupuesto extremadamente limitado, en una escala más pequeña que pequeña, con un equipo de uno y con mucho muy pocos patrocinadores; pero con una abundancia de ideas e iniciativas. Claramente, no tengo yo una habilidad especial para la creación de un equipo de expansión, ni para llevarlo a la dinámica a tomar vuelo – todavía.

Recientemente (en especial después de desarrollar una hipertensión limítrofe innegable sintiéndome bastante perdido después de retirarme yo solo) decidí poner todo lo que sé y lo que he aprendido en los últimos años (de la medicina convencional y no tan convencional; y de la Vida) a la práctica: a realmente “predicarlo, poniendo el ejemplo”.

Y ¡Caray!: ¡qué feliz sorpresa me dio!

Me encuentro plenamente feliz, agradecido, un tanto incrédulo, emocionado, y con cierto temor;
en resumen, verdaderamente dichoso …

… contándole mi estado de salud actual:

Sobrepeso cero
Cero medicamentos recetados, cero “problemas médicos”
Escasos dolores que me limitan
Haciendo rigurosos ejercicios, 90+ minutos cada día
Comiendo solo dos comidas por día: ilimitadas, coloridas, sabrosas y deliciosas.
Bebo lo que deseo
Duermo como una rosa, despierto alegre y listo para lo que venga

Ya pasado la mitad de mi septuagésimo año; con una edad biológica entre 36 y 48 (según el cuestionario)…

Estoy profundamente afortunado al caracterizarme como lleno de energía, caloroso, sensitivo, positivo, optimista; adhiero a lo positivo y repelo lo negativo; intrépido y productivo; un jugador natural de equipo, aquí para disfrutar y servir.

Con una nueva misión: ¡invitarle al SaluBaile!

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